mercredi 23 décembre 2015

Razones de vivir, III

https://www.youtube.com/watch?v=6qzDUOiyYz0

Beethoven. Adagio de la sonata "Hammerklavier".
Mi primera profesora de piano no solamente no era ningún as de la pedagogía, sino que decía cosas tan sorprendentes como que cada pieza debe contar una historia: un niño que se duerme, una persona bailando... Es un razonamiento tan absurdo como el de los que, ante un cuadro abstracto, dicen: "¿sí, muy bien, pero qué representa?"
Escuchad esto. Para comprender lo indecible de la música.

mardi 22 décembre 2015

Lo verdadero no es lo que tocamos
sino lo que libera de lo incierto.

Joaquin Benito de Lucas

dimanche 20 décembre 2015

La tradición, o justificar lo injustificable

Después de haber sido condenada a 5.000 € de multa por sus declaraciones sobre la homosexualidad (que según ella "es una abominación"), Christine Boutin ha respondido diciendo que esas ideas se basan en la tradición cristiana. Del mismo modo, Nadine Morano explicaba que Francia era un país tradicionalmente de raza blanca.
Lo abominable es precisamente escudarse tras "la tradición": una estrategia demasiado simple que revela la ausencia de reflexión y niega el espíritu crítico tan necesario en nuestra sociedad actual. Podríamos responder que durante siglos, ha sido tradicional para la iglesia católica torturar y quemar herejes; que los salafistas excusan la obligatoriedad de la burqa recurriendo a una visión rigorista y 'tradicional" del Corán; que en la historia de la humanidad la religión ha sido tradicionalmente utilizada para comenzar guerras e invasiones, o que en España es tradicional torturar al Toro de la Vega. Y así hasta la extenuación.
Yo diría que "las cosas son así" es una frase de destrucción masiva porque es la definición perfecta del rechazo del otro al negar la existencia de cualquier pensamiento que pueda alterar una rutina ideológica que ninguna explicación racional justifica. "Aquí siempre ha sido así" es la definición de la miseria intelectual que lamentablemente parece inundarnos.
Respetar las ideas del otro -políticas, sexuales, religiosas- exige un esfuerzo de adaptación y de comprensión, y una humildad de la que carecen Boutin, Morano y tantos otros. Humildad, puesto que cuando uno se dice que solo sus ideas son las correctas, en realidad está erigiendo un monumento a la pretensión. ¿Quién nos dice que lo que pensamos es cierto? ¿Por qué cerrarse a otras maneras de ver el mundo? Falta de humildad igualmente ya que hacer de la tradición una base filosófica es negarse a buscar las raíces de la intolerancia: ¿qué tiene de abominable la homosexualidad? Si se deja de lado la comodidad en que nos sitúa la "tradición", apuesto a que la señora Boutin y todos los homófobos de la tierra no pueden darnos una sola razón lógica para justificarse, a parte de algún que otro sinónimo de frustración, de incomprensión o simplemente de odio irracional. en resumidas cuentas, un miedo a lo "diferente" (sin preguntarse: diferente de qué? ¿de quién?), una frase del estilo "no, si a mí que cada uno haga lo que quiera" proponiendo al mismo tiempo una sonrisa de medio lado hacia los "raritos",etc.
¿Quién somos para juzgar? No deberíamos ser capaces de pensar en algo tan simple como que para que dos personas puedan acercarse a la felicidad hay muchos otros caminos que la "tradición" a la que hace referencia Boutin?
Tradicionalmente la humanidad ha utilizado su ingenio para idear maneras de excluir y de hacer daño. Eso es lo intolerable. Limitémonos a pensar que somos todos iguales; y como por lo visto para algunos no es tan sencillo, esforcémonos para crear las condiciones ideales para construir una sociedad en la que cada uno pueda vivir como lo entienda. Basémonos para ello en el respeto indispensable del otro, pues la libertad de ser y de pensar es inalienable y no debe ceder ni un ápice de terreno al resquemor de los que quieren instigar a la exclusión basándose en algo tan subjetivo como una creencia religiosa.
Siempre y cuando la interpretación de las escrituras -Biblia, Corán, Torah- nos lleve hacia un dios que exterminará a aquellos que no vivan según nuestros propios códigos (y el Antiguo Testamento abunda en ejemplos de este tipo), personajes como Boutin seguirán expresando opiniones tan despreciables. Y hablando de sagradas escrituras, digo yo: ¿cómo compaginar el "amaos los unos a los otros" y el "que tire la primera piedra quien esté libre de pecado" con tanto mensaje de odio?
Que la creencia en la validez o no de la "palabra divina" ceda su lugar a una cultura filosófica digna de ese nombre. Leamos menos encíclicas y más pensadores del siglo de las luces y abandonemos de una vez la falsa seguridad que nos otorgan "tradiciones" injustificables.
Porque escribir es viento fugitivo
y publicar, columna arrinconada.

Blas de Otero

mardi 15 décembre 2015

Cultura o mentira

El maestro de Aubervilliers que ha confesado haber inventado una  agresión islamista debe ser tratado con extrema severidad por el Ministerio de Educación: no merece otra cosa que ser despedido.
El gobierno francés de izquierda ha reaccionado ante los atentados reforzando de manera considerable el arsenal punitivo del Estado, puesto que el estado de excepción ha sido declarado durante tres meses. Esta medida de rigor ha sido alabada por quienes piensan que la única alternativa que tenemos ante las exacciones de unos bárbaros es la reducción de nuestras libertades. Es evidente que un mayor control puede ser necesario, pero el gobierno olvida una cosa esencial: para marcar claramente la diferencia con la derecha, e incluso con la extrema derecha, habría sido necesario proponer medidas sociales y culturales dignas de un gobierno de izquierda. Es decir, acentuar el esfuerzo en la educación y dejar bien claro que la solución a este conflicto eminentemente ideológico no consiste solamente en vigilar el tráfico de armas y los viajes a Siria, sino en instalar un sistema que sirva de base para educar a todos aquellos que se sienten abandonados por la República. Sin acciones sociales y educativas ambiciosas, el abismo entre la Francia de Voltaire y la intolerancia seguirá ensanchándose.
Por eso la actitud de ese maestro es intolerable: porque hoy más que nunca hay que predicar con el ejemplo, y ante las amenazas de los islamistas que pretenden matar a los profesores "infieles", hay que mostrar que la enseñanza de unos valores de honestidad y de entereza humana es fundamental.
La mentira no tiene sitio en la educación: la mentira es todo lo que prometen los islamistas: el paraíso, las vírgenes, el convertirse en un mártir. Dejar a ese maestro en el seno de la educación francesa supondría un insulto grave a lo que nuestra institución pretende ser: un modelo republicano.

dimanche 13 décembre 2015

Homo sum, humani nihil a me alienum puto

Depuis janvier, on semble divisé: être ou ne pas être Charlie, être ou ne pas être Paris, pray for Paris (or not). Que de querelles stupides.
La question n'est pas de s'identifier pleinement à Charlie ou pas. J'ai été étonné d'entendre certains commentaires qui, sous couvert de prudence intellectuelle, tendaient in fine à justifier ces attentats. Il y a derrière tous ceux qui ne "comprennent" pas les caricatures ou les articles de ce journal, une explication inavouable -manque de franchise, de courage-: ils n'avaient qu'à être plus prudents, plus mesurés. Ils ne comprennent pas qu'on ne touche pas au prophète, etc etc.
Ils n'avaient qu'à... ne pas être eux mêmes. La liberté de la presse, quelle qu'elle soit, n'est pas négociable. Si on se demande quelles sont les valeurs qui nous réunissent, celles-ci doivent s'appuyer sur le dialogue, sur le contraste, sur le débat.
Sur la parole.
Mais peu importe. La phrase latine de Terence (165 a.C.) devrait être le point derrière lequel on rassemblerait tous ceux qui croient en l'homme. A l'heure où l'on parle de "civilisation", où certains se plaignent même que l'on appelle obscurantistes certains "états", (le prétentieux occident contre le reste du monde que l'on soumet) la question est de savoir à quel point nous sommes humains. Jusqu’où sommes-nous concernés par la violence, par la mort et la souffrance d'autrui. Voilà le message, on ne peut plus clair, de Terence. "Je suis humain: rien de ce qui est humain m'est étranger".
La vrai différence est là. Si nous perdons notre capacité de compassion envers les êtres humains (voyez-vous: des humains, sans frontières, sans drapeaux, sans pouvoir se réfugier derrière un livre dicté ou non par le souffle divin), nous sommes perdus.
Je suis Charlie, je suis Paris. Oui. Mais je ne voudrais surtout pas oublier de rester humain. C'est là que doit se trouver la véritable limite de "notre" civilisation.
Pour combattre ceux qui défendent leurs idées par le sabre et ceux qui seraient tentés de trouver cette lutte juste.
Car les vrais opprimés ne sont pas occidentaux, africains, orientaux, que sais-je: ce sont ceux qui sont morts.



Y si después de tantas palabras
No sobrevive la palabra.
 César Vallejo




Pero ¿y si hay un resquicio?
Mario Benedetti


Dos dudas. Pero no tenemos otro remedio que resguardarnos tras la pregunta de Benedetti.

samedi 12 décembre 2015


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El libro más impactante que he leído en muchos años. Un relato durísimo escrito con una prosa furiosa y con una técnica literaria insuperable que recuerda al mejor Vargas Llosa. Me pregunto incluso si desde que leí en mi juventid "La ciudad y los perros" un libro me había hecho amar tanto la literatura. Todo lo contrario a una obra banal. La definición perfecta de la literatura comprometida, escrita como un rompecabezas en el que el autor recompone las piezas poco a poco de manera magistral.
Tuve la suerte de encontrar a Diego en Douarnenez en agosto de 2015, en un coloquio sobre la literatura sudamericana. Me pareció alguien modesto pero determinado. Tengo el placer de seguir en contacto con él. Recuerdo que, ante la intervención de una señora que le confesaba que no había sido capaz de superar la violencia del libro, respondió muy cortésmente que él no podía embellecer lo que había visto: esa historia dramática del Perú de Sendero Luminoso.
Cuando leí el libro me di cuenta de la razón que tenía el autor. Sobre todo porque al mismo tiempo hay que ser prudente con la violencia en la literatura. Del mismo modo que un escritor puede caer rápidamente en la banalidad y la sensiblería, es demasiado fácil llenar las páginas de hemoglobina, no proponer nada nuevo y quedarse tan contento. Por eso Trelles ha sido todo un latigazo para mí: porque esa técnica deslumbrante de la que hablaba te hechiza de principio a fin, llevándote de la mano -arrastrándote más bien-  por cada página. Además, porque se siente en este libro una reflexión permanente sobre el sentido de cada palabra y de cada giro argumental, y porque esa exigencia nunca le deje al lector en la estacada. Así es como avanza la literatura, así se abren nuevos caminos: arriesgándose. Qué buena lección nos da Trelles.
Literatura comprometida pues, que consigue su objetivo, es decir, alejarme aún más de la literatura de complacencia que inunda las librerías, especialmente en Francia. Cada año la misma "noticia bomba" en septiembre: miles de libros nos esperan: ¿y si se hiciera una selección mucho antes de que la mayor parte de esos libros vayan a la basura del olvido? Me deprime tanta literatura del ego, que no busca más que una pretensión cuyo efecto no va más allá de la última página, y eso cuando uno no ha cerrado el libro antes.
Concluiré diciendo que "Bioy" me ha convencido de manera radical de que el escritor sigue teniendo un papel social. Que debemos decir, hablar, contar. Que esos grandes nombres de las letras que mi gran profesor de literatura Pedro Ozalla me hizo conocer -León Felipe, Blas de Otero, evidentemente Vargas Llosa, Roa Bastos, Asturias, Carpentier, Cela- no forman parte de un pasado mítico y lejano. Que hoy día aún existen  libros que te abofetean para que despiertes de tu letargo y te esfuerces en comprender que el lenguaje es una tabla de salvación siempre y cuando se aleje de los senderos trillados y del gran escaparate de la literatura asquerosamente comercial.
De algún modo, y aunque conociéndome voy a preguntarme en cada línea si este blog tiene algún valor, escritores así me empujan a volver a coger la pluma y a intentar avanzar.
De Diego Trelles también os aconsejo el excelente "El círculo de los escritores asesinos".
Y en cuanto llegue a Valladolid durante las vacaciones, me apresuraré en comprar su última obra, "Adormecer a los felices". Bienvenido Diego a mi restingida lista personal de "libros cinco estrellas", a la que muy pocos han tenido acceso.
                                                    

vendredi 11 décembre 2015

RAZONES DE VIVIR

https://www.youtube.com/watch?v=6NjY4aJAzpE


Aunque los lobos acechan


Quién comprende por qué los aviones se estrellan contra los rascacielos
y sobre su legado de escombros queda una densa cortina de                                                               desesperanza,
un germen de palabras anegado por el humo;
por qué la gente va al trabajo sin pedirle nada a Dios ni a las                                                                        horas
y queda descoyuntada en medio de una vía
trazando a su pesar garabatos de metal y de odios.
Soy humano. Los lobos acechan, y me aterra:
no sé qué hacer para secar el miedo que rezuman las horas.
Tal vez por eso me asombre tu constancia.

Acabo comprendiendo las torres de marfil
y me entristece ver qué fácil es a veces apuntalar la mía,  levantar murallas.
No soy digno de nada.
No comprendo por qué nos hacemos preguntas,
qué nos cuesta vivir sin exigencias,
si podríamos andar sin armadura ni pretextos
para explicarle la existencia a las niñas.
Temo mirarles a los ojos
y no saber qué pensar de su sonrisa.
¿Cómo elegir entre la felicidad o la verdad?

Podría convencerme de que mentir es la única salida,
como si la vida nos fuera en ello.
O basta con encender al unísono todos los cirios del planeta, 
con la desinteresada armonía que poseen los gestos vacuos?
Sabemos ahora lo densa que es la noche
pero hay que empeñarse en ver
aunque todas esas llamas apenas consigan crear sombras.
Hoy la palabra
es tan necesaria como el aire
que devoran los pulmones de los recién nacidos en la gran                                                                           paradoja.
La estridencia de los campanarios y de los minaretes
nos ensordece desde milenios pretendiéndose cántico.
La angustia quiere ser consuelo
que intenta expandirse a través
de una angosta patraña.
Un esqueleto irremisible nos dejan quienes se alzan destrozando  miradas, piel, abrazos libres:
de vacío y de ruido se nutren los que anhelan la nada.

No creo en oraciones sino en tu constancia.
Explicarte la vida no es tarea de hombres
y sin embargo hablo porque hoy día callarse
es hacer que los raíles sigan retorciéndose,
que la metralla ahogue barrios enteros por siglos.

Los lobos acechan, siempre acechan, cada vez más acechan.   
Por eso me asombra tu constancia.
Tal vez sea hora de hablar.
Tal vez hablar por hablar.
Pero qué importa.
Creé este blog por capricho, por curiosidad. No le veía mucha utilidad y, para ser sincero, siempre pensé que esta forma de expresarse no está exenta de cierta pretensión.
No sé realmente hasta qué punto he cambiado de opinión, pero lo que sí es cierto es que en esta época gris, callarse es imposible. Ya veremos qué sentido tiene ir publicando artículos. No creo que sea hora de hacerse preguntas, sino de afirmar valores, de negarse a aceptar la intolerancia que nos está desdibujando nuestros sueños.
Debemos encontrar un sentido a las palabras, apoyarnos en Vargas Llosa para decir que "la literatura es fuego" y que el silencio es insoportable. Hemos de buscar la manera de hacer que la razón prevalezca. Nos queda pues lo más difícil.
Hay días, desde luego, en que el desaliento nos recubre como con una escarcha insidiosa. Pero este año 2015, abierto y entrecerrado con atentados, debe inocularnos la suficiente dosis de rabia para llenarnos de determinación. Debemos aunar nuestras ideas para no ceder al miedo, ese arma que utilizan tanto los locos que matan por un libro como los ultraderechistas que solo pretenden construir una sociedad en la que la exclusión es el primer objetivo.
Busquemos.

Reseña de DESVESTIR EL CUERPO, de Jesús Cárdenas

 Jesús Cárdenas, Desvestir el cuerpo, Lastura 2023 ¿Qué son las palabras ? ¿Y si no dan más de sí ? Estas inquietudes, propias de un escri...