A veces como plantas enraizadas en el útero de las nubes
y sueño con lugares que nunca he visitado.
Bruselas me desconoce y las torres grises que crecen en la hierba
son marañas de lenguas que la sequía aguarda.
A veces como gotas en el cansancio cambiante de las nubes.
Hay ciudades de Holanda que imagino de barro
y de juncos azules
y los ramos que los niños tejen aguardan el rocío
para mantener la lucha.
A veces como carnes de nubes
que raspan los atardeceres con un ruido de guijarros.
El desierto de Túnez es un lienzo que contemplo
en una enciclopedia de relojes sin tiempo
y en las calles donde se abren mis quimeras
deshilacho alfombras y adoquines
admirando los viajes invernales de las cigüeñas.
Descuartizo a veces las nubes con los dientes
para esparcir los jirones en las almohadas de los lagos.
En Berlín amarillean las fachadas a las tres de la mañana
y en el primer frío de agosto
las espaldas son sólo un mapa de vértebras
que las manos de un futuro frágil descifran.
Por fin con las primeras luces respiro nubes
y olvido entonces cada ruta
inscribiendo en un cuaderno basto las sombras de los muros
que comienzan ya a insinuarse en la mañana.
son marañas de lenguas que la sequía aguarda.
A veces como gotas en el cansancio cambiante de las nubes.
Hay ciudades de Holanda que imagino de barro
y de juncos azules
y los ramos que los niños tejen aguardan el rocío
para mantener la lucha.
A veces como carnes de nubes
que raspan los atardeceres con un ruido de guijarros.
El desierto de Túnez es un lienzo que contemplo
en una enciclopedia de relojes sin tiempo
y en las calles donde se abren mis quimeras
deshilacho alfombras y adoquines
admirando los viajes invernales de las cigüeñas.
Descuartizo a veces las nubes con los dientes
para esparcir los jirones en las almohadas de los lagos.
En Berlín amarillean las fachadas a las tres de la mañana
y en el primer frío de agosto
las espaldas son sólo un mapa de vértebras
que las manos de un futuro frágil descifran.
Por fin con las primeras luces respiro nubes
y olvido entonces cada ruta
inscribiendo en un cuaderno basto las sombras de los muros
que comienzan ya a insinuarse en la mañana.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire