mercredi 26 juin 2019

NOTAS DE LECTURA XX - ANIMALICEMONOS, de David G. Lago, o el elogio de la cordura... animal.

Nos describe David G Lago en su último y acertado poemario a un hombre alejado de la armonía natural.

Ya nadie escucha.
Ya nadie huele.

Al desentenderse de ella es cuando, precisamente, perdemos nuestra humanidad. ¿Qué solución tenemos? Pues “animalizarse”, que significa en realidad ganar en pureza y evitar los filtros sucios que creamos para lanzar una mirada que desfigura la realidad, al olvidarla.
Hay pues que dibujar un norte en la mirada y hacer una pausa en el deleite del mundo y de la vida, algo de lo que somos incapaces en nuestra sociedad actual.

El título del poemario es una invitación a luchar contra este mundo que hemos vuelto aséptico aunque sea poético en sí: nos empeñamos en alterarlo para demostrar una fuerza egoísta que nos conduce al desastre:

Comemos de la mano del verdugo
-esa misma mano que nos alimenta
con una dieta de abundante veneno-

Se trata de un libro de lenguaje directo para combatir la uniformización del pensamiento, reivindicando así el valor de la palabra poética en su riqueza de connotaciones que hemos ido dejando de lado.

¿Es entonces el hombre un lobo para el hombre? Pues lo cierto es que el ser humano actual supera con creces esta frase de Hobbes. Una de las conclusiones a las que nos conducen los poemas es que tal vez lo dramático sea que los humanos sean... hombres en vez de lobos. Y es que es el ser humano quien, creyéndose rey de la creación, anda equivocado:

estas aves zancudas
nos recitan poemas
que nos enseñan
quién está fuera de contexto.

Nuestra pretensión se ha convertido en un dogma, porque despreciamos lo animal, lo “salvaje”, cuando la artificialidad del mundo que hemos construido (y no creado) no otorga satisfacción alguna: no somos sino necios filósofos, expertos en buscar artimañas para que nada nos despierte, como esa tela que encubre la jaula de un pájaro y que en puridad lo apaga todo.

Debemos pues recuperar la felina inquietud y morder feroces las esquinas del tiempo. Aunque no haya angelismo en la propuesta del autor, que reconoce que es difícil vivir como se quiere. De manera cíclica, el libro termina con la orden enunciada en el título para recobrar al fin nuestra cordura primigenia, la animalización, lo cual visto lo visto, ya sería una hazaña.


David G. Lago, Animalicémonos, Boria ediciones, 2019

Aucun commentaire:

Reseña de DESVESTIR EL CUERPO, de Jesús Cárdenas

 Jesús Cárdenas, Desvestir el cuerpo, Lastura 2023 ¿Qué son las palabras ? ¿Y si no dan más de sí ? Estas inquietudes, propias de un escri...