Olvido Andújar, Erase que se es, Ed. Lastura 2023
Un o una resema es una reseña poética, es decir un poema inspirado por la lectura de un libro. No se trata de analizar, sino de transmitir las emociones que ha provocado en mí el poemario.
Las frases en cursiva son versos sacados del libro leído.
...y sé todos los cuentos.
León Felipe
Hay cuentos que nacen cuando te adentras en los bosques
o al imaginar el gesto de quienes llenaron Altamira de bisontes :
son tal vez maneras de aprender a construir puentes
para huir de la sinrazón y el atropello.
Hay cuentos con los que se busca el modo de nombrarlo todo,
que nacieron en un tiempo que precedió los puñales de hierro y el terror junto a la hoguera :
sirven para hacernos creer que aprendimos a apagar las llamas
diciendo tierra, mar, cobijo.
Hay dragones que abandonaron los cuentos
y anunciaron un extraño olor a cenizas y polvo
pero nunca supimos descifrar presagios
ni destilar la sabiduría de esas lenguas maternas
que acarician y abaten, que construyen y golpean.
Hay cuentos inventados para salvar a las niñas del monstruo
y advertir de la presencia de lobos quiebravidas,
de gatos que salen a cazar ratitas que de nada presumen,
embadurnadas de culpas ajenas.
Hay cuentos que seguimos repitiendo frente al espejo 2.0
para deformar el reflejo de los depredadores virtuales
y no querer ver que los pastores devoran su rebaño
mientras las hormigas levantan muros a quien quiere ser cigarra.
Hay cerditos desahuciados por lobos impunes
en cuentos como letanías que nos arrebatan el sobresalto y la memoria
y nos duermen y nos quitan certezas
mientras desaparecen mujeres en las raíces tétricas del bosque.
Otros cuentos son sueños y nos rescatan del fuego de las bestias
prometiendo amores que pueden salvarlo todo de la quema.
Y quedan siempre abuelos que conocen todos los cuentos
y trazan mapas del tesoro desde infancias torcidas
hasta que llega el olvido y nos toca retomar sus palabras :
así el legado cumple su misión y transmite sabores y texturas
para que sobrevivan las princesas que piden cuentos diferentes
y haya hechiceras hermosas y pócimas que curan,
para que la palabra guarde su poder inagotable de desaprender augurios
y celebremos alegrías entre aullidos de un dolor que se quisiera eterno.