lundi 30 juillet 2018

LA ODISEA DE LA PALABRA. Miguel Veyrat, «Diluvio», La isla de Siltolá 2018.

Hay algo de peripecia de Ulises en este enfrentamiento con una realidad caótica. Miguel Veyrat nos lleva con él en su viaje de luchas y dudas, pero no de la mano, sino incitándonos a tomar el timón en medio de una atmósfera repleta de ecos en la que al ser humano no le es fácil encontrar el rumbo.

Pero hay una humanidad profunda en estos versos y a la vez un humanismo por recomponer, como lo muestra el vaivén al que nos vemos abocados con la ausencia de puntuación y con la descomposición de algunos versos: arritmia de fascinante lectura, que refleja la inquietud filosófica del poeta en su personal odisea.

O mejor dicho; más que un vaivén, es un desafío porque la realidad a la que podemos acceder es la de los reflejos, en una referencia al famoso mito platónico. Y por si fuera poco, son reflejos rotos que crean laberintos, recovecos de delta por los que navegar para, tal vez, encontrar un sentido al mundo.

En cualquier caso, sólo hay un viaje posible, del que no podemos huir. Pero siguiendo el postulado de Heráclito, es un viaje irrepetible. Entonces, ¿cómo hacer para entender su significado?



Diluvia diluvia hasta llegar al origen que ya estoy

aquí a cubierto descifrando

de dónde llegas de dónde vienes ser no nacido ima

ginando que dibujamos para

entender la tarea imposible de repetir tu nacimiento



Pero no hay desesperanza, sino un anhelo de sobrevivir al diluvio en el otro, de aunar esfuerzos para sobrevivir a la travesía



¡Cuántos soles ardiendo para

que fueses cuerpo

enterizo antes de disolverte!



Y sobre todo, hallar refugio en el lenguaje, único y frágil resguardo por encima de un tiempo que se desmenuza como una escultura de arena. Por eso, los poemas suelen abrirse en su conclusión, indicándonos algunas pautas que seguir: los signos («¿Signos?») y las palabras que se vuelven verdad para, a fin de cuentas, decirnos que la poesía es la única salvación posible. («Rosa liberada»).

Vamos así ahondando en la introspección filosófica del poemario: ¿son en realidad las palabras un instrumento creado por el hombre para acceder al sentido del mundo? ¿Es el lenguaje trascendente en sí mismo o un enigma más? ¿O un enlace con lo divino?



Escalpelo o tono de lo sacro



La palabra es también guardiana del sentido, su quintaesencia, el grano quemante de Octavio Paz, aunque subyace en ocasiones un sentimiento de absurdo y de impotencia al darnos cuenta de que, por intensos que sean los vocablos, siempre serán un medio limitado de aprehender el conocimiento, que de todos modos es «una herida sin respuesta».

¿Qué nos queda pues? ¿Atomizar el poema al extremo? (Ver la sección «Llueven átomos ardidos»). No. Volver siempre a esa disyuntiva y seguir nuestra personal odisea navegando entre «diluvio y verbo», entre destrucción y enunciación, entre los desastres, pero blandiendo eternamente las palabras.

mardi 24 juillet 2018

LOS GESTOS ANCESTRALES - "CHOCAR CON ALGO", de ERIKA MARTINEZ - (NOTAS DE LECTURA VIII)

-Los paisajes, los personajes, a veces son solamente sugerencias, como esas líneas de puntos que debemos unir para formar una imagen que intuimos de manera difusa.

-Sugerencias sobre un mundo con el que debemos enfrentarnos como el que no quiere la cosa, destilando punzadas de lenguaje surrealista y de humor que resuenan con una revolución mínima pero indispensable contra la realidad impuesta:

"escribía en ese tiempo sibilino  que se roba al deber de rendir todo el tiempo"

-¿Tristeza o lucidez? No se sabe cuál es el resultado de la lucha que se desprende de una expresión fresca, precisa, como un velo implacable que lo transforma todo.

-Un pasado no resuelto. ("El mundo cabeza abajo", "Belleza histórica"). Los recuerdos quisieran servir par cimentar certezas, pero hay fragilidad y dolor, a la vez que una nostalgia que nos absorbe como un vórtice ("Hombre adentro").

-Hay algo ancestral en los gestos y los poemas quieren descifrarlo: ¿es el amor? No sabemos. Pero se busca el origen, el por qué, de esa permanencia de los seres que -tal vez- nos colma.

-¿Es la palabra la respuesta? La poesía sirve para plasmar lo efímero, sin aspavientos. No es seguro que le dé sentido a las cosas, pero es todo lo que nos queda en un mundo que nos presiona para ser presuntamente eternos. Por ejemplo, con la maternidad como una imposición social que nada resuelve.

-Poesía-llave pero también, y aun más, enigma ("Mirar a través"). 

-En la última parte, la mirada se apoya en los objetos para proponernos una reflexión sobre el tiempo, sobre el lugar que ocupan las cosas en el devenir de la historia, sobre sus sorprendentes relaciones: eso es poesía en esencia.

"Chocar con algo", Erika Martínez, Ed. Pre-textos, 2017

El rincón del yo - Mercurio

jeudi 19 juillet 2018

HACIA OTRA CITA EN EL MISMO CAFE

Huecos.
Una fotografía
en la pantalla del móvil
te devuelve un retrato que no quieres.
Escorzos de sien
y un blanco que no importa
al hacer juego con el reflejo
de un charco que ilumina
tu abrigo sin pedir nada.
Los que no están.
Voces en el café
que nos imponen una tristeza de encajes
una imaginación de ataúdes
que cubrimos con más voces
con nuestras manos
con los ojos que se dejan llevar
por alguna inercia que
con todo
nos incompleta.
Ausencias.
Vigor de rutinas
en las esporas del tiempo que pasa
dejándose ver casi
en un frío que hoy te remonta
por los tobillos
por mucho que digas.
Luces de casas rojas
tras los cristales que el vaho
y la impaciencia de los que piden mesa
difumina y aplaca,
exigiéndonos calma.
Las siluetas de los que se fueron
se acomodan en suaves hornacinas
que modelas a mordiscos de iris
y tapizas con ganas
aunque suspires en pasos
de gravedad forzada.
Reposan
en las ojeras y en el brillo
convexo de la tetera
deformadas y exactas añoranzas.

lundi 16 juillet 2018

SOBRE EL ORGULLO

Orgullo... Desde ayer, esa es la palabra que más se escucha aquí en Francia. Una precisión. Uno sólo puede estar orgulloso de lo que es responsable. Orgulloso de sus propios logros, de haber escrito un buen libro, de haber sabido amar.
Sin embargo, el orgullo y la patria tienen poco en común, porque no hay mayor azar que el de haber nacido en algún lugar.
Alegría porque tu equipo favorito ha ganado, por supuesto. La alegría simple de disfrutar de un momento un tanto infantil, lejos de filosofías heroicas: soñar que «somos» los mejores. Pero «orgulloso de ser francés, español, croata» es, sencillamente, imposible.
Uno vive en un país y puede defender sus costumbres, sus ideas, pero esa idea de orgullo siempre me ha parecido sinónimo de exclusión.
No me importa que la gente disfrute de esta victoria, y no estoy de acuerdo con los que dicen que estamos anestesiados por el opio del fútbol. No pienso que la gente tenga una mejor idea de la desastrosa política de Macron. Días de fiesta sencilla, hasta necesaria. Pero no días de orgullo.

lundi 2 juillet 2018

"CAMILLE. VIÑETA AMOROSA": EL RELATO-PRISMA (NOTAS DE LECTURA VII)

Martín Parra: "Camille. Viñeta amorosa" (Queimada Ediciones, 2017)


 -Recreación cuasi-barroca de la lengua, como una columna churrigueresca en cuyas circunvoluciones nos vemos absorbidos por una fuerza (centrífuga, centrípeta) que nos mantiene en vilo constante.

 -Furiosamente original. Lenguaje como un paisaje en el que detrás de lo que creemos ser una suave colina nos encontramos con la sorpresa de un valle agreste y profundísimo. Y así. No hay descanso.

 -Tras una narración construida a base de fulgurancias, a veces se llega a una conclusión-relámpago que ilumina (que incendia) el relato dejándonos cegados por el hallazgo poético.

-Descripción de la actitud de los personajes a ramalazos de concepción y objetivo diversos: cinismo, sarcasmo, agresividad, desengaño vital. Como un ajuste de cuentas con la realidad y el idioma que brilla a cada instante.

- Y es que en CADA frase me pregunto: ¿hacia dónde me lleva? ¿qué arista de un polígono infinito va a pulir ahora el autor? No hay una frase de la que se pueda prescindir. Se le exige al lector una atención que es la definición misma del ensimismamiento y del placer de la lectura. Para entendernos: "No quiero hacer literatura, sólo salpicar palabras".

-Me recuerda a veces a la prosa de Umbral, con su fuerza rítmica, su densidad y su precisión expresiva: ferocidad de destello. (Y esto lo escribo antes de ver la alusión a Umbral en la página 76...)

 -El amor, esa historia de egoísmos...

-La genialidad reside siempre en el hecho de ser inimitable. Algo rarísimo, que Martín Parra consigue: un autor que abre caminos, o brechas... y construye frases de verdadera antología literaria:

Sopla un viento acumulativo en el pozo de las ánimas. El pozo de las ánimas es el patio interior. Sopla un viento que lo que hace es silbar, como un relincho largo y burlado, y a todos los curiosos de las ventanas estremece. Luego tenemos un rato de no sentirlo, de meternos casi en nostalgias -en el café, en el cigarro o en la urgencia de la señora que retira la ropa de las cuerdas (...) y de pronto se le oye de nuevo, prorrumpe el silbo motorista, y el sarao de fuerzas vivas es un escándalo, de arriba abajo en el pozo de ánimas.



Reseña de DESVESTIR EL CUERPO, de Jesús Cárdenas

 Jesús Cárdenas, Desvestir el cuerpo, Lastura 2023 ¿Qué son las palabras ? ¿Y si no dan más de sí ? Estas inquietudes, propias de un escri...