Nicolás Corraliza, Inventario de desperfectos, Huerga y Fierro 2022
El poeta está.
No utiliza artimañas:
deja que la realidad se vaya
tejiendo.
Siente sin juzgar: está.
Se toma tiempo y luz
que no es humana
para ir al silencio
desde el estrépito,
para ver el cobijo
en los ojos del otro
e imaginar el mar
en el invierno.
En esta oscuridad
todo es visible.
El poema es
vida
contemplada por incomprensible,
herida tantas veces
(reproche, no sangre),
fuego que conservar
para saber nombrarlo.
Es el desacato del cuerpo a la cordura.
Heredar la enseñanza
para distinguir
la punición y la belleza
de la rosa
y hacer de la palabra
un refugio del marasmo y del óxido.
Ser al fin
huérfanos de sombra.
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