Polémica y salud
Con la última portada de Charlie Hebdo, en la que junto a un dibujo de un supuesto dios con una metralleta se puede leer "un año después el asesino anda suelto" volvemos a oír las mismas declaraciones absurdas: que si exageran, que si es vulgar, que si es un insulto, que si no respetan nada.
Por encima del hecho que estemos o no de acuerdo, la polémica es la garantía de una democracia saludable. La discusión libre, con la fuerza de los argumentos de unos y otros, es la base de todo: dialoguemos, dejemos claro si estamos o no de acuerdo, pero no impidamos que nadie diga lo que tiene que decir. Basta con imaginar una sociedad en la que nadie discutiera un dibujo, un artículo, una opinión: ¿no es exactamente eso la definición del totalitarismo?
Así que sí, por supuesto, yo soy Charlie. Cada vez más.
Por cierto, ¿sería tan difícil pensar que, precisamente, esas caricaturas están hechas para hacernos reaccionar, y no necesariamente para reirnos?
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire